(Por Guadalupe Norte) Es de noche y por fin volvés a tu casa. Fue una larga jornada, después de estar afuera todo el día lo único que deseas es descansar pero, aunque lo intentes, es imposible dormir. Obligaciones, problemas… cualquier pensamiento aparece ¿Qué hacer entonces con la vigía? Para todos aquellos detractores de Morfeo la solución puede estar en YouTube. Y es que, si antes se estilaban las canciones de cuna para alcanzar el paraíso del sueño, ahora es el turno de los videos de ASMR y su ejército de susurradores.
¿De que se trata esta nueva tendencia que continúa sumando cansados devotos? Con sus extrañas siglas -traducidas como “Respuesta Sensorial Meridiana Autónoma”- el término ASMR hace referencia a la placentera sensación de hormigueo que sentimos ante ciertos estímulos auditivos o visuales y qué (conexiones neuronales de por medio) inducen a un estado de tranquilidad. Aunque cabe aclarar que no hablamos de videos de meditación guiada ni del típico compilado musical de los spa.
El atractivo del ASMR reside en los métodos que utilizan sus creadores para lograr que el espectador se relaje, como por ejemplo susurrarnos durante media hora con una voz suave y pausada o frotar distintos objetos. Latas, plumas, papel de regalo, peines, pinceles, llaveros, no importa el “qué” sino el agradable sonido que se replica.
“Mis videos favoritos son los de escritura, me da bastante sueño escuchar los trazos del lápiz sobre el papel. También veo algunos donde se usa juguetes con agua o se graba el ruido de la lluvia al caer sobre un paraguas”, comenta la estudiante Sofía Christobao, fiel espectadora desde hace casi dos años.
En cambio, para Tomás Girón la clave para acabar con la sobrecarga de estrés son los ASMR de rol. “Podés fingir que estás en el dentista, teniendo una sesión de masajes o en un curso de maquillaje. Todo se siente muy real porque los artistas usan productos que encontrás en ese tipo de local y te susurran conversaciones como si fueras un cliente de verdad”, explica entusiasmado. Su último video: una vuelta por la peluquería para emparejar el corte con dos tijeras, la rasuradora y cinco minutos de audio colocando spray fijador.
Para todos los gustos
En el mundo del ASMR, la cantidad de subcategorías son dignas de admirar. Entre ellas podemos nombrar el brushing (dónde literalmente se cepilla el micrófono con pinceles) o el scratching con sus primeros planos de uñas que raspan superficies texturadas como una lata de gaseosa o cartón corrugado.
Además, en el catálogo hay producciones donde se lee (hablando muy bajito) libros o se estimula a los escuchas -a modo de hipnosis- con frases de superación emocional. Dime que clase de ASMR ves y te diré quién eres.
“Hubo un tiempo en que no podía dormir pero debido a la cantidad de horas que trabaja era imposible que vaya al médico. Así fue que buscando soluciones en internet llegué por casualidad a un video de ASMR. Desde entonces pasé por todos sus tipos y fui seleccionando los que me daban más placer”, recuerda Juan Carlos Gaona, creador de comunidad “Vídeos ASMR” con 14.000 seguidores.
Por supuesto, como sobre gustos no hay nada escrito, los videos que para algunas personas se convierten en “orgasmos mentales” para otras pueden ser lo opuesto.
“No entiendo cómo alguien disfrutaría que una persona extraña le susurre, de noche, al oído. Para mi escucharlos es bastante perturbador y el ruido constante de traqueteo me irrita”, espeta Alejandro Rosales, detractor del ASMR luego de que su hijo le mostrara un video donde una mujer comía manzanas acarameladas durante una hora.